En el escenario de expansión global de la energía solar, Brasil está verdaderamente bendecido. Un país de dimensiones continentales, su ubicación geográfica en el planeta es única y garantiza un inmenso potencial en energía solar. Por eso, inversionistas y empresas se apresuran a aprovechar este potencial: se esperan inversiones del orden de R $ 23,2 mil millones para 2023. Las estimaciones indican que la matriz energética de Brasil, en el largo plazo, tendrá aproximadamente 60 GW.
Brasil es el quinto país del mundo con mayor potencial en energía solar, ya que recibe excelentes niveles de insolación durante todo el año, desde las zonas menos soleadas del sur hasta las más soleadas del noreste. Esto genera un factor de capacidad del 19% al 24%, 2 veces superior a la media de Alemania, país que es uno de los líderes mundiales actuales en el uso de energía fotovoltaica.
El espacio para el crecimiento es enorme, a medida que avanzamos hacia una matriz energética más limpia. Brasil cuenta con más de 3.000 proyectos termoeléctricos, siendo esta la segunda mayor fuente de generación de nuestro país, con una producción 40 veces mayor en comparación con la energía solar, por el momento. Brasil se aproxima a Cero Carbono en 2060.
Reemplazar esta generación con energía solar, limpiando nuestro aire de contaminantes peligrosos, es un mercado potencial enorme. Con el desarrollo de la tecnología, resultará más barato y rentable hacer este cambio, y el costo de la energía solar ya es muy competitivo en comparación con el del carbón y otros combustibles fósiles.
El potencial del país es enorme y, si lo logramos, será transformador para Brasil: garantizará energía barata, lo que permitirá que nuestra economía sea globalmente competitiva y permitirá un desarrollo económico cada vez más acelerado. Esto ayudará a abaratar el producto brasileño y, en consecuencia, tenderá a incrementar la prosperidad nacional.